Estamos en León.
Salimos de Logroño como siempre en dirección oeste
y pasando por Navarrete
Vista de Navarrete |
y por supuesto cuando teníamos ganas de fruta solo debíamos hacer unos pasos para alcanzar algún manojo de uvas "tempranillo" que no habían sido recogidas.
Después pasamos por el pueblo de Ventosa
y cuando el podómetro indicaba 29,6 kilómetros llegamos al final de etapa a Nájera.
Al siguiente día el paisaje fue cambiando, y de los viñedos pasamos poco a poco a los campos de secano pero también se prestaban para hermosas fotografias, como la siguiente:
y bordeando estos campos, pasando por Azofra y cerca de Ciriñuela divisamos a lo lejos Santo Domingo de la Calzada.
Vista de Santo Domingo de la Calzada desde Cirueña |
en donde terminamos esta jornada.
Campanario de la catedral de Santo Domingo de la Calzada |
Al siguiente día hicimos unos kilómetros más dentro de La Rioja y poco después de la población de Grañón
entramos en la provincia de Burgos
y pasando por Castildelgado, Viloria y Vilamayor del Riío, hicimos fin de etapa en el pueblo de Belogrado. Y al dia siguiente que resultó lluvioso, saliendo de esta población hicimos 32 kilómetros
atravesando los llamados Montes de Oca
y después pasando por San Juan de Ortega, donde comimos,
llegamos casi oscureciendo a Atapuerca
Nos hacia mucha ilusión poder visitar el famoso yacimiento prehistórico localizado en este municipio, lo cual hicimos al día siguiente
en una visita especial con otras 12 personas que habíamos concertado previamente
Yacimiento de Sima del Elefante |
Yacimiento de Galeria |
Otro aspecto importante del yacimiento radica en el número de huesos encontrados, que superan el 80% de todos los localizados en la tierra hasta la fecha... y hay trabajo de excavación para los próximos 100 años !!!
También cuando llegamos a Burgos
aprovechamos para visitar el MEH (Museo de la Evolución Humana)
donde se encuentra expuesto buena parte de lo localizado en Atapuerca, destancando el cráneo número 5, que es el cráneo de Homo heidelbergensis mejor conservado del mundo, al que se le puso el nombre de "Miguelón" en honor a Miguel Indurain.
En la siguiente etapa de 31,1 kilómetros salimos de Burgos, ya estábamos en el páramo, meseta que se encuentra entre los 800 y 900 metros de altura, que destaca por su rutinario paisaje: un llano infinito. Y además la altura en la que se localiza apenas crecen árboles lo cual
ya estábamos en el páramo, meseta que se encuentra entre los 800 y 900 metros de altura, que destaca por su rutinario paisaje: un llano infinito. Y además dada la altura en la que se localiza apenas crecen árboles, lo cual lo hace más monótono si cabe. Iban a ser más de 150 kilómetros de interminable páramo que provocan un gran cansancio mental aparte de físico.
Pasamos por Rabé de las Calzadas
Iglesia de Rabé de las Calzadas |
y fuimos en dirección a Hornillos del Camino
y de Arroyo San Bol
y ya al atardecer llegamos finalmente al escondido y pequeño pueblo de Hontanas
El siguiente día después de despedirnos de la Sra. Pilar, propietaria del establecimiento "El Descanso" donde nos hospedamos
que nos había atendido estupendamente, partimos para hacer los 28,5 kilómetros que nos separaban
de Boadilla del Camino donde pensábamos dormir.
A los 7 kilómetros después de pasar por debajo de los arcos sin techar del Convento de San Antón
nos aproximamos a la población de Castrojeriz
donde después de la foto de rigor,
y de un breve descanso de pies y de comprar las provisiones para la comida del mediodía, ascendimos facilmente la cuesta de los 917 metros de altura del Teso de Mosterales
Teso de Mosterales con Castrojeriz al fondo |
... y ahí descendimos seguidamente la agradable bajada
que nos llevaría en dirección al río Pisuerga,donde antes de cruzarlo se localiza la parroquia de San Nicolás
El río lo atravesamos por el bonito puente Fitero o de la Mula
y justo después entramos en la provincia de Palencia
y por un camino carretero fuimos en dirección a Itero de la Vega
que pasamos rápidamente
ya que a las 5,15 h. de la tarde, al querer llamar por teléfono al hostal donde teníamos previsto dormir, descubrimos que estaba cerrado, con lo cual tuvimos que ir hasta el siguiente pueblo, distante 6 kilómetros más.
Lo hicimos andando junto al canal de Castilla
El siguiente día salimos de Fromista
Imagen de la iglesia de Fromista desde el hostal donde dormimos |
en dirección a Carrión de los Condes. Atravesamos por el puente de Población de Campos
Poco después de pasar por Villarmentero de Campos, el Sr. Pepe junto a toda su familia, nos obsequiaron con nueces, manzanas y caramelos. Lo hacían con todos los peregrinos que iban pasando por ahí. Una agradable acción que recupera el espíritu jacobeo que tanto se ha perdido y donde solo parece está permaneciendo lo turístico (y económico, claro).
El Sr. Pepe con el peregrino que ha tallado en un tronco de arbol todavía vivo de su campo |
La siguiente etapa la hicimos en un nublado y frío día saliendo de Carrión de los Condes
Era el primer día que pasábamos frío y no vimos el sol hasta el mediodía
fue una de las etapas más duras, no ya por la distancia a recorrer, sino por el interminable páramo que teníamos delante, con los primeros 17 kilómetros sin un pueblo a la vista y sin diferencia de paisaje alguno,
y siquiera con apenas árboles para entrenerse.
Atravesamos Calzadilla de la Cueza y después teníamos algunos arbolitos en el andadero que iba junto a la carretera
Poco antes de llegar a Ledigos, en el antiguo hospital de Santa Maria de la Tiendas, encontramos al fraile franciscano alemán con el que habíamos estado coincidiendo los últimos días. Estaba sin la mochila y paseando tranquilamente cerca de un pequeño riachuelo. Lo saludamos y nos dijo que él terminaba ahí su camino, ya que tenía previsto quedarse de ermitaño en la pequeña ermita que acabábamos de pasar.
Un curioso personaje que dormía a la intemperie, en las entradas de las iglesias, y lo vimos más de un día cantando mientras se perdía a nuestra vista por la noche.
La última jornada, saliendo de Burgo de Ranero amaneció muy fría, estábamos a 2 grados pero con sensación de menos cero y había una densa niebla, nos separaban 37 kilómetros de nuestro destino final, la capital leonesa.
Después de Puente de Villarente estábamos helados de frío. Para calentarnos tomamos un café con leche en un bar y el propietario viendo nuestro estado se ofreció a pasarnos en su coche parte de los polígonos industriales que nos separaban de nuestro destino final y nos dejó en un Carrefour. Después hicimos a pie el resto de la etapa hasta tomarnos una foto en la catedral de León.